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Ahí estábamos ambos, escondidos tras las puertas del ropero... Recuerdo tus tiernos ojos sobre los míos y tus brazos que me rodeaban como acto de protección. Nuestros ojos se cerraron y pude escuchar tu respiración a centímetros de mi. Todo era tan tranquilo, a salvo de la televisión encendida que mostraba la Bella & la Bestia, pero no importo en lo más mínimo porque en ese momento eramos dueños de nuestra propia historia de amor... Sin más que decir, nuestros labios se juntaron en un tierno beso, después de eso solo recuerdo que susurraste en mi oído "te quiero".