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you're such a hard act for me to follow

- ¿Cuándo te vas?
+ Mañana.
- ¿Qué?, no alcanzaré a verte...
+ Te fuiste demasiado tiempo.

casi

"casi fue como un chocolate caliente en una tarde de invierno"

versatilidad del corazón

Aún recuerdo tus preámbulos en aquel cadencioso paisaje. Quién pensaría que frente a tu abrupta mirada clavada en mis pensamientos, tan normal que ya es costumbre, sentiría inerme el espíritu.

Con que sagacidad de zorro salen las palabras de tu boca. Las horas pasan y el sol antes radiante en el límite de aquello sin final, comienza a bajar acompañado de un insólito suspiro. Las hojas exhaustas caen pusilánimes donde aquel suspiro las quiera dejar, escuchando un sollozo, escapando en todo su apogeo una discordante gota de sentimientos que rueda por mi mejilla.

Él, tan adusto como siempre, lanza una utópica frase con sus ojos, con su voz: “seamos realistas, soñemos lo imposible”. Una minuciosa suposición me hace pensar que ha perdido el norte; con aquella senil mueca pomposa de tanto querer decir, ya no parece boyante, su semblante ha cambiado.  Es cuando, con la autoridad que no tengo, afirmo de forma venal mi sentir.

Asoman las estrellas titilantes, todo ha transmutado, divergir ya no es lo esencial, el paisaje ahora es jaspeado y su boca ya no expresa con destreza, es una trivial más entre tantas hipócritas.

El veredicto es claro y lo fue siempre, no lo quise asumir, pero de la cumbre su llegada es clara aún cuando me refugió en el silencio.

Ya no tengo para que bruñir el corazón, nada es permanente, todo es versátil.

un tanto de mi

Javiera, con 15 años a veces mal cumplidos, lo digo porque no siempre encajo con los de mi generación.

Partiendo por mi apariencia, soy relativamente alta y morena, mi cara es un tanto redonda, tengo una gran sonrisa con frenillos y unos grandes ojos cafés con los que puedo hacer varias gracias.
Mi nariz es recta, pero queda bien con mi rostro y me gusta. 
Mis orejas son normales, con ellas siempre escucho, incluso a veces lo que no quisiera escuchar, en la derecha tengo 3 orificios y en la izquierda 2. 
Mi cabello ondulado es de varias tonalidades cafés, predominando el castaño oscuro. Es largo, pasa por sobre mis hombros y llega casi a mi cintura. 
Mis hombros, codos y brazos son normales, mis manos son medianas y delgadas, siempre llevo un anillo en el dedo anular de la mano derecha, que representa mi compromiso con Dios, mi castidad hasta el matrimonio, y un reloj en la muñeca derecha, una pulsera en la izquierda. 
Llegando a mi torso, es normal al igual que mis caderas y mis piernas, mis rodillas tienen una que otra marca de herida que me hice cuando era una pequeña. Mis pies son feos, son normales, pero feos igual que los de todo el mundo y calzan 38.

Soy un intento fallido de una sicóloga sin título ni cartón, me gusta escuchar mucho a los demás; aunque a veces me pierdo en mi mente, buenos o malos consejos, dependiendo de donde se miren, decidida, buena empatía y muy simpática, me considero tierna en ciertos aspectos y los demás igual. Muy alegre, como para salir en todas las fotos sonriendo. Creyente, hija de Dios, tengo fe. Creo que cada regla impuesta por la sociedad tiene una excepción, pero me someto a mis autoridades. 
Pacífica, impulsiva, gustos extraños, contradictoria, coqueta a veces y muy enamoradiza, con inestabilidad emocional tremenda, imaginación desarrollada, fuerza de voluntad casi buena. Naturaleza Espontánea: puesta en práctica, divertida y graciosa. Me atrevo a confesar que muchas veces soy una romántica de pensamiento. Casi siempre guardo bien los secretos, ya que mi memoria en ciertos aspectos no es muy buena, algunos puedo olvidarlos fácilmente. Casada con la música, amante de escribir. Días ventosos, fríos, lluviosos y nublados: me producen cierta paz. 

amiga.

Tratas de recordar cómo fue la primera vez que hablaron, cuando sus almas hicieron “click” al instante. Te diste cuenta que encajaban perfectamente, que cuando sus ojos se cruzaban mil estrellas nacían al mismo tiempo, llenando de cegadora luz todo el cielo.

Estás recordando sus primeros momentos divertidos juntas, seguro ni un detalle se te escapa, seguro… ¿Recuerdas cuando te conto quien le gustaba? Si, como si fuera ayer. El sentimiento fue casi tuyo, hubieses hecho de todo por ayudarla, pero la batalla le pertenecía.

Se ganó tu confianza, toda tu confianza… Esas largas conversaciones sentadas en el parque, parecía que estabas escribiendo tu biografía con lujo y detalle cuando le contabas tus intimidades, parecía como si nunca fuera a fallarte. Ella te correspondió la confianza que le diste, pero piensas si fue verdadero aquel momento.

Ahora vez cuan ingenua fuiste, como las almas más preciadas en tu cajita de tesoros, rompen la selladura, destrozan la confianza escrita y se escapan.

Hoy es cuando te das cuenta que la conoces mucho, pero es una perfecta extraña en tu vida.

¡Sé lo que soy, y sé lo que no soy, y estoy feliz con eso:)!